Parashat Masei

En nuestra parashá, Masaei, con la que finalizamos el cuarto libro de Bamidvar, Dios le ordena a Am Israel que antes de entrar a la tierra prometida deben expulsar a sus enemigos y destruir sus ídolos, de lo contrario, con el correr del tiempo tramarán aniquilarlos o incitarlos a la Idolatría. ¿Pero no era mejor idea integrarlos a la sociedad para vivir en paz y armonía con Bnei Israel? Había una vez un rey que hizo una gran fiesta por su cumpleaños. Al puebo le regaló bolsas de pan fresco, a sus allegados, finas telas de seda; y a sus hijos, para demostrarles su afecto, los invitó a un gran banquete en el palacio. ¡Pero cuando el rey entró a la bóveda, los encontró comiendo y bebiendo con su peor enemigo! ¿Cómo es posible que Am Israel, siendo los hijos amados de Dios, se olviden de Él en Su propio palacio e intenten coronar a falsos ídolos? Los Sabios dicen “Pobre del malvado, y pobre de su vecino”, para enseñarnos que, no importa cuan grande sea nuestra fe en Dios, cuantos milagros hayamos vivido, o cuan cerca nos sintamos de Dios, todos somos vulnerables a las malas influencias de los que nos rodean. Por ello debemos alimentar nuestra fe constantemente, y rodearnos de personas que compartan nuestros ideales y sean una buena influencia para nosotros.

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