Esta Parashá nos relata el interesante sueño que tuvo Yaakov:”Y soñó con una escalera que tenía su base en la tierra y llegaba hasta el cielo”… ¿Qué nos quiere enseñar la Torá con el tamaño de la escalera? A cada uno de nosotros nos gustaría ser una gran persona, nadie piensa realmente: “Quiero ser mediocre”, pero cada uno tiene un carácter diferente, y la sabiduría es descubrir nuestro gran potencial. El Rabino Jaim Vital, uno de los más grandes cabalistas que vivió en Safed en el siglo XV, escribe que así como el mundo está compuesto por cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua, también todas las personas tenemos esos elementos. En cada persona, un elemento es particularmente dominante y determina en gran medida sus fortalezas y debilidades básicas. Identificar este “elemento” nos ayudará a descubrir el ámbito del crecimiento espiritual (la “corrección”) que debemos hacer para alcanzar la grandeza, pero sólo analizaremos dos elementos: El suelo (tierra) es bajo y pesado, se mantiene en su lugar, constantemente se pisa y está atrapado por la gravedad. Las personas para quienes este elemento es dominante son propensas a la pereza, la tristeza y la desesperación, estas son sus principales debilidades. Tienen cierta pesadez, falta de ambición y tienden a estar cómodos y sin esfuerzo. Además, este elemento se relaciona con los deseos mundanos. El trabajo principal para superar esta deficiencia es enfocarse en los logros y en los avances que realizamos, aunque sean lentos. El lado positivo de estas personas, es que no tienden a meterse en luchas de poder. Son hospitalarios, humildes y dispuestos a cooperar. Se dan por vencidos y ‘dejan pasar’. Son buenos jugadores de equipo y se puede confiar en ellos. Son leales y estables en sus decisiones y en sus relaciones.
El aire es el elemento más complejo. Es alegre, fugaz y aparentemente inexistente. Sopla aquí y allá, nunca fijo en un lugar, nunca toma posición. Es invisible y puede estar en un lugar cuando pensamos que está en otro. Las personas cuyo elemento principal es el aire, tienden a desinteresarse del mundo material. Pueden ser más espirituales e idealistas y vivir en un mundo de valores. Pueden tener el anhelo de elevar este mundo y conectarse con las energías y los aspectos abstractos de la existencia. Su debilidad está relacionada con el poder del habla, cuya existencia depende del aire del que se origina. Estas personas tienden a tener conversaciones sin sentido, chismes, adulaciones y engaños, y son capaces de distorsionar la verdad en su beneficio. También es difícil para ellos seguir una rutina y un horario, cuando inconscientemente asumen que pueden estar en varios lugares al mismo tiempo. En su sueño, Yaakov vio el balance que se necesitaba para tener una vida espiritual y material plena. La escalera de Yaakov estaba apoyada en la tierra, pero ¿por que no tenía pereza, tristeza ni desesperación? Porque se enfocaba en sus logros que realizaba, y principalmente porque su cabeza estaba en el cielo (aire) y eso lo ayudaba a desinteresarse del mundo material, ser más espiritual y llegar a su objetivo principal en la vida: “Unificarse” a Dios.